Por: Lic. Edwin Granados Ríos, Criminologo Experto en Seguros
En las excelente ponencias, quedamos claros en que en definitiva la problemática
del fraude a los seguros es un mal inherente a la vida de los seguros y que no
obstante que no puede ser eliminado por completo, puede ser controlado y que en
ello hay necesidad de la participación de todos los actores involucrados,
compañías de seguros, intermediarios de seguros, autoridades públicas y judiciales,
así como la necesidad de desarrollar una cultura antifraude a los seguros en la
sociedad en virtud de que los seguros
surgieron a la vida como una necesidad de protegerse entre iguales ante hechos
eventuales y catastróficos, esencialmente como un valor de solidaridad desde la
vivencia de la sociedad antigua.
Ahora es un hecho que con el desarrollo histórico del seguro, nació el
fraude como un mal inherente a la vida del seguro y prácticamente en todas las
áreas en las que ha incursionado el seguro, también lo ha hecho el fraude.
El tema es que a partir del hecho de que los seguros surgen como un
principio de solidaridad, este tipo de acción violatorio de las normas
contractuales, muchas veces también transgrede y configura el delito del fraude
a los seguros; no obstante el problema es mayor aún, pues aparte del hecho ya
señalado el fraude de seguros va acompañado de otros delitos.
En consecuencia, el daño no es solo contra la empresa de seguros y a su
principio de solidaridad, sino que se extiende gravemente a toda la sociedad
ante la permisividad que se da a veces por parte de las distintas autoridades
administrativas y judiciales, al subestimar el fraude a los seguros en tanto no
reconocen que al lado de esa acción delictiva.
Los individuos incurren en otras actividades ilícitas que contaminan y
hacen crecer los índices de criminalidad en todos los ámbitos, por ejemplo:
simulación de delito, homicidio, robo, falsificación de documentos, uso de
documentos falsos con ocasión de estafa, falsedad ideológica, lavado de dinero,
financiamiento al terrorismo, etc., como se puede ver, muchos de éstos
vinculados al quehacer de los seguros comerciales.
Algunos incursionan en el fraude a los seguros de forma circunstancial y
surgen de una forma quizá vista por las autoridades como mecanismos delictivos
“inofensivos” pero luego crecen y penetran en las arterias de la sociedad,
corrompiendo muchos ámbitos de su diario vivir; así las cosas, no es solo un
asunto de negocios es un tema de responsabilidad y control social, que nos
compete a todos, se concluyó entre otras cosas en Bogotá.
Un importante aporte en el Congreso COPADES Bogotá está el hecho de que
resulta importante e imprescindible trabajar integral y concertadamente así
como el desarrollo y profesionalización de equipos especializados de
investigación antifraude y que en definitiva invertir en esto es una inversión
que resulta en creces como lo señalaron atinadamente la experiencia de Costa
Rica.